Cubrió
el tiempo
con su manto blanco
de polvo y olvido
mi jardín.
No
consolé sus lágrimas.
No
escuché sus lamentos.
Murió una noche de sed y soledad.
Pero no lloré.
Estaba demasiado ocupado
para consolar, escuchar y llorar.
Hoy
cubre el tiempo
con su manto blanco mi vida
y cada noche sueño
con aquel jardín
que olvidé.
Y
lloro.
Tan tarde.
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